lunes, 2 de enero de 2017

POEMAS DE MARÍA POLYDOURI


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1 de abril de 1902, Kalamata, Grecia - 29 de abril de 1930, Atenas, Grecia)

“En mi casa…”

En mi casa, una vez hubo el perfume
de la despreocupación.
Y era yo misma la canción con alas
brotando en torno.

Mas poco a poco fue amargándose
en mis labios ingenuos esa música,
como si hubiera nacido de repente
un tiempo cruel.

A mi padre se le quebró el sentido
en el azul de sus ojos,
y los cerró cual si pesaran mucho.
Por las habitaciones silenciosas

Iba mi madre, orgullosa, impecable
con sus sandalias adornadas:
fue como si se dejara coger el alma
lo mismo que una dalia pensativa.

Y el amargo destino de los hijos
es vivir y callar;
y las hojas perdidas de un árbol estéril
se han esparcido y huyen.


“Fiesta”

A una fiesta me invitaron los camaradas.
No rehúso. ¡Iré para olvidar!
Me pondré mi vestido rojo
y de mi propia belleza tendré celos.
Al muerto que guardo en mi interior, con orgullo
y cariño, también lo llevaré del brazo.
Seré jovial y misteriosa;
seré una enviada de la Guadaña.
Los camaradas, condenados a muerte, aunque beban
vino en su fiesta, no se emborracharán.
Una maldición estará con ellos,
mas yo seré hermosa y no habrán de sospechar.
Después pedirán una canción, si acaso
esperan una pálida alegría;
pero mi canción será tan cierta
que quedarán confundidos y en silencio.


OH, MI CORAZÓN...



Oh, mi corazón extraña,
ahora cuando el día parte,
el sonrosado amanecer,
el sol, el aire.

Las sonrisas de niño,
la ola que acudía
al bullicio de las alegres
vocecitas nuestras que sonaban.

La barca y su vaivén
en la ebriedad de nuestro sueño;
la suave música que se mezclaba
con la quietud del infinito.

La alborada que enrojecía
el ancho mar de nácar
y el limpio deseo
en nuestros ojos de ángel.

Oh, mi corazón extraña,
ahora que el día se apaga,
el paso de la belleza,
la juventud que se me marcha.





PORQUE ME QUISISTE


No canto sino porque me quisiste
en los años pasados.
Con el sol, con el presagio del verano,
y en la lluvia o la nieve
no canto sino porque me quisiste.

Sólo porque me tuviste entre tus brazos
una noche, y me besaste en la boca,
sólo por eso soy hermosa igual que un lirio abierto
y aún guarda el alma aquel escalofrío,
sólo porque me tuviste entre tus brazos.

Sólo porque tus ojos me miraron,
y el alma en tu mirada,
me ceñí con orgullo la más alta
corona de mi vida,
sólo porque tus ojos me miraron.

Sólo porque te fijaste en mí cuando pasaba
y yo en tus ojos vi pasar mi sombra
leve, como un sueño,
y jugar, y sufrir,
sólo porque te fijaste en mí cuando pasaba.

Porque, titubeando, me llamaste
y me tendiste las manos,
y en tus ojos traías el deslumbramiento
—un desbordado amor—,
porque, titubeando, me llamaste.

Sólo, sólo porque a ti te gustaba,
es porque mi andar sostenía su gracia,
como si me siguieras allá donde marchase,
como si pasaras por algún lugar cerca de mí.
Sólo, sólo porque a ti te gustaba.

Sólo porque me quisiste yo he nacido,
por eso sólo se me concedió la vida.
Y en esta vida triste, insatisfecha,
mi propia vida fue colmada.
Sólo porque me quisiste yo he nacido.

Tan sólo por tu amor inigualable
dispuso el alba rosas en mis manos.
Para alumbrar un instante tu camino
la noche pobló mis ojos con estrellas,
tan sólo por tu amor inigualable.

Sólo porque tan bellamente me quisiste
he vivido, para multiplicar
tus sueños, hermoso tú que has declinado,
y ahora dulcemente muero
sólo porque tan bellamente me quisiste.


DE UN VIEJO AMOR


Y fue bella una noche en tu mirada
y en tus canciones. Y fue dulce
en tus viejas canciones una noche
plena de estrellas, noche con su duende.

El solo amor entre tu soledad,
tan atractiva, tan encantadora,
se volvía pasión sobre tu pecho,
sobre tu pecho desolado.

Oh, tus canciones viejas, que lloraban,
y eran tan indeciblemente dulces,
y lo escondían, tímidas, y no lo confesaban.

Oh, tus viejas canciones eran tristes
como secretos de amor,
como llorosas flores que se callan.


SÓLO PORQUE ME AMASTE


No canto sino porque me amaste
en los años pasados.
Y ya con el sol, con presentimientos de verano,
ya con lluvia y con nieves,
no canto sino porque me amaste.
Sólo porque me tuviste entre tus brazos
una noche y en los labios me besaste,
sólo por eso soy hermosa como un lirio siempre abierto
y aún conservo un temblor en mi alma
sólo porque me tuviste entre tus brazos.
Sólo porque tus ojos me miraron
con el alma en la mirada,
orgullosa me adorné con la corona
más excelsa de mi existencia;
sólo porque tus ojos me miraron.
Sólo porque me amaste he nacido,
por esto se dio mi vida;
en el triste vivir no realizado
mi vida se cumplió.
Sólo porque me amaste he nacido.
Sólo porque tan bellamente me amaste
viví para multiplicar
mis sueños, amado mío, que cual astro te pusiste.
Y así en tal dulzura muero
sólo porque tan bellamente me amaste.


SOTIRÍA


Que pase ya el día con la luz.
¿Por qué tarda tanto la noche?
En la sombra de los pinos
un sillón me espera.
Se apagarán las luces de las salas
y el sueño vendrá cual un desmayo.
Aquí una cama vacía
no produce ninguna impresión.
Se ahondará la noche en el miedo
cuando el viento llegue repentino.
El eucalipto sacudirá su cabellera
junto con los secretos de los sueños.



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